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"La X 103.9 FM. Emisora Pop-Rock Top 40 de Bogotá Colombia. La Nación de más música.".

El concepto de nación aparece porque carecemos de una nación, porque queremos hacer parte de algo grande y sin embargo nos atomizan nuestros propios pensamientos, problemas y afanes diarios de tal manera que se nos olvida.

Somos una nación. Una nación de gente joven, creámoslo o no. Somos una nación de música. Nos despertamos con el sonido de blackberries y actualizaciones de twitter; pensamos y soñamos en comentarios, apretamos "me gusta" en facebook y corremos.

Sabemos de noticias. Sabemos que todas son malas. Entendemos cuál es el precio que pagamos cada vez que prendemos las noticias, cada vez que la vida nos golpea en la cara con la realidad al despertar, de levantar a los niños, de llevarlos al colegio. Sin embargo, creemos en la viralidad, creemos que podemos ser famosos, más rápido hoy que nunca, pero sobre todo, creemos que podemos ser felices...más rápido que cualquiera.

Y sin embargo, conducimos los mismos autos. Tendemos las mismas camas. Servimos las mismas mesas. Montamos el mismo transmilenio. Caemos en los mismos huecos. Vemos las mismas caras. No las observamos, pero las vemos, en el ascensor, cada mañana, sus caras lavadas, sus esperanzas agobiadas. Y entonces, llega la música, y llega una voz que dice: "Hola, cómo está?" Estoy en esta esquina. Yo también me subo al ascensor. Yo también conduzco por las mismas vías. Yo también tengo que levantarme temprano, como usted. Yo también digo buenos días, y lo digo, desde mi esquina de la nación. Soy parte de esta nación. Soy SU Nación. Buenos días."

Y entonces, llegan los tweets. Algunas veces son unos cuantos, otras veces son demasiados. A veces son buenos, a veces son trolls. Pero hablan el mismo idioma. Porque oyen lo mismo, en la mitad del estrés, en medio del trancón, se toman un tiempo y dicen: sí, yo soy como usted. Sí, pertenezco a esta nación, sí póngame algo de música, mr. dj. Usted suena a mi iPod, sólo que MEJOR.

Y luego dicen gracias, y se quedan ahí. Y de repente, tenemos una nación de oyentes. una pequeña pero poderosa fuerza, movida por el sonido de una canción y la voz de la esperanza. La X habla para usted, por usted y es de usted; viaja por la ciudad a la velocidad de sus oyentes, de sus ciudadanos.

Somos su emisora. Somos La X. Somos La Nación de Más Música.